La magia cambia atmósferas, rompe fronteras, re-programa  tiempos, estabiliza y desestabiliza  emociones, profundiza  y atrapa el halo sujetándolo hasta plasmarlo en el enfoque detrás de un cristal para plasmar lo irreal en lo real. Así es El ojo de olguín, su visión transforma y logra sujetarte en otros planos, haciéndote vivir lo que uno a veces no logra sentir, te saca esos deseos escondidos y los imprime haciéndote vivir las emociones atrapadas. La fotografía de Damian saca del contexto la materia y logra hacer de esta una mágica experiencia logrando ver con el alma, lo que se despista con los ojos.